Las zancadas o lunges son uno de los ejercicios más efectivos y versátiles para trabajar la parte inferior del cuerpo. Ya sea que estés buscando tonificar tus piernas, fortalecer los glúteos o mejorar tu equilibrio, las zancadas deben ser parte esencial de tu rutina de entrenamiento. Además, son fáciles de hacer, no requieren equipo especial y pueden adaptarse a cualquier nivel de condición física. Si bien este ejercicio compite con la sentadilla por el podio de los ejercicios de piernas hoy exploraremos en detalle cómo realizar correctamente las zancadas, sus diferentes variaciones y responderemos algunas preguntas frecuentes que suelen surgir sobre este ejercicio.
Las zancadas son un ejercicio funcional que consiste en dar un paso hacia adelante o hacia atrás y flexionar las rodillas, activando principalmente los músculos de las piernas y los glúteos. Este movimiento puede realizarse con el propio peso corporal, con mancuernas, barras o bandas elásticas, lo que lo convierte en una opción ideal tanto para principiantes como para atletas avanzados.
Este ejercicio es extremadamente beneficioso para el desarrollo de fuerza, equilibrio y coordinación, ya que involucra múltiples músculos a la vez. Las zancadas no solo trabajan los cuádriceps y los glúteos, sino también los isquiotibiales, las pantorrillas y el core, lo que las convierte en una opción de entrenamiento completo para la parte inferior del cuerpo.
Uno de los mayores beneficios de las zancadas es su capacidad para fortalecer y tonificar los músculos de las piernas, especialmente los cuádriceps y los glúteos. Al realizar este movimiento repetidamente, ayudas a desarrollar masa muscular y mejorar la definición de las piernas.
Al ser un ejercicio unilateral (que trabaja un lado del cuerpo a la vez), las zancadas te obligan a mantener el equilibrio y la estabilidad durante el movimiento. Esto no solo mejora tu coordinación, sino que también fortalece el core y los músculos estabilizadores.
Las zancadas son un ejercicio funcional, lo que significa que imitan movimientos que realizamos en la vida cotidiana, como caminar, subir escaleras o agacharnos. Esto las hace ideales para mejorar la movilidad y prevenir lesiones en actividades diarias o deportivas.
Para obtener todos los beneficios de las zancadas y evitar lesiones, es fundamental realizarlas con la técnica adecuada. A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlas correctamente:
Existen varias variaciones de las zancadas que te permiten trabajar diferentes músculos y añadir variedad a tu rutina de entrenamiento. Te dejamos una muestra de las más populares:
En lugar de dar un paso hacia adelante, en las zancadas inversas se da un paso hacia atrás, lo que disminuye la presión sobre las rodillas y puede ser una opción más cómoda para algunas personas. Esta variación pone mayor énfasis en los glúteos y los isquiotibiales.
Cómo hacerlas:
Las zancadas laterales son una excelente opción para trabajar los aductores y abductores de las piernas, además de mejorar la movilidad lateral, algo que no se logra con las zancadas tradicionales.
Cómo hacerlas:
Si buscas un mayor desafío cardiovascular y quieres aumentar la intensidad de tu entrenamiento, las zancadas con salto son la opción perfecta. Esta variación no solo mejora la fuerza y la potencia, sino que también ayuda a quemar más calorías.
Cómo hacerlas:
Añadir peso a las zancadas con mancuernas o barra te permite aumentar la resistencia y promover un mayor crecimiento muscular.
Cómo hacerlas:
Las zancadas son un ejercicio versátil que puedes incluir fácilmente en cualquier rutina de entrenamiento, ya sea como parte de un circuito o como un ejercicio aislado. A continuación, te sugerimos algunas formas de integrarlas en tu rutina semanal:
Incorpora las zancadas después de ejercicios más pesados como las sentadillas o el peso muerto para asegurarte de trabajar todos los músculos de las piernas de manera equilibrada.
Si buscas mejorar tanto la fuerza como el acondicionamiento cardiovascular, puedes realizar zancadas en un circuito de entrenamiento de alta intensidad, alternando entre ejercicios para diferentes grupos musculares sin descansar entre ellos.
Las zancadas, especialmente las variaciones sin peso, pueden ser un excelente ejercicio para activar los músculos y mejorar la movilidad antes de realizar ejercicios más intensos.
Las zancadas trabajan principalmente los cuádriceps, los glúteos y los isquiotibiales, pero también involucran los músculos del core y las pantorrillas, lo que las convierte en un ejercicio completo para la parte inferior del cuerpo.
Ambas variaciones tienen sus beneficios. Las zancadas hacia adelante tienden a trabajar más los cuádriceps, mientras que las zancadas hacia atrás ponen más énfasis en los glúteos y los isquiotibiales. La elección depende de tus objetivos y preferencias personales.
Tanto las sentadillas como las zancadas son excelentes ejercicios, pero cada uno tiene un enfoque ligeramente diferente. Las sentadillas tienden a activar más los cuádriceps y son ideales para trabajar ambas piernas a la vez, lo que las hace perfectas para entrenamientos de fuerza. Las zancadas, al ser un ejercicio unilateral, son más efectivas para mejorar el equilibrio, la estabilidad y trabajar músculos adicionales como los estabilizadores. Ambos son complementarios y pueden incluirse en una rutina para trabajar el tren inferior de manera equilibrada.
El ritmo de las zancadas depende de tus objetivos. Si estás buscando mejorar la técnica y fortalecer los músculos, un ritmo lento y controlado es ideal para maximizar la activación muscular. Si quieres aumentar la intensidad cardiovascular, puedes hacer zancadas más dinámicas o incluso con saltos. Lo importante es mantener una técnica adecuada, independientemente del ritmo.
Si necesitas reemplazar las zancadas por otros ejercicios, puedes optar por ejercicios que trabajen los mismos grupos musculares, como las sentadillas, los step-ups, el peso muerto, el hip thrust o uno de nuestros favoritos, la sentadilla búlgara.
Recapitulando lo aprendido diremos que las zancadas son uno de los ejercicios más efectivos para fortalecer y tonificar la parte inferior del cuerpo. Gracias a su versatilidad y facilidad para adaptarse a diferentes niveles de condición física, las zancadas siempre son una excelente opción para mejorar tu fuerza, equilibrio y resistencia. Por eso desde Gorilla te decimos: ¡Hazle un hueco a las zancadas en tu rutina!